1892 San Jose de Costa Rica
Profecía de un joven poeta de Nicaragua, llamado Rubén Darío
El sigo que viene verá la mayor de las revoluciones que han ensangrentado la tierra. ¿El pez grande se come al chico? Sea; pero pronto tendremos el desquite. El pauperrismo reina, y el trabajador lleva sobre sus hombros la montaña de una maldicion. Nada vale ya sino el oro miserable. La gente deshereadda es el rebaño eterno para el eterno matadero...
No habrá fuerza que pueda contener el torrente de la fatal venganza. Habrá que cantar una nueva Marsellesa que, como los clarines de Jericó, destruya la morada de los infames... El cielo verá con temerosa alegrá, entre el estruendo de la catástrofe redentora, el castigo de los altivos malhechores, la venganza suprema y terrible de la misereia borracha.
Eduardo Galeano, "Memorias del fuego 2, las caras y las mas caras"
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